El lugar dónde se paró el tiempo
El punto dominante más importante del Castillo de Praga es la catedral de San Vito. Cuando entres en ella, te encontrarás en un lugar donde se paró el tiempo. El interior decorado magníficamente por los maestros medievales está perfectamente iluminado por los rayos del sol que entran a través de las preciosas vidrieras. Aprecia especialmente las vidrieras de uno de los pintores modernistas checos más importantes, Alfons Mucha. También forman parte de la catedral las tumbas con los restos mortales de los santos significativos y los gobernadores checos. Aquí podrás ver la tumba de San Venceslao – el patrón de Chequia, de San Juan Nepomuceno, pero también de los emperadores Carlos IV y Rodolfo II. No te pierdas el impresionante mosaico del Juicio Final por encima de la Puerta Dorada y la subida a la torre principal de la que se ofrece una de las vistas más bonitas a Praga, la ciudad de las cien torres.
Casitas de cuento
La visita al Castillo de Praga no sería completa sin visitar el Callejón del Oro. Esta calle minúscula contigua a la muralla, te encantará por lo pintoresca que es. Las casitas miniaturas de colores según las leyendas fueron habitadas por los alquimistas que trabajaban para el emperador Rodolfo II, quien anhelaba descubrir la mítica pócima de la juventud, al igual que la Piedra de los Sabios. No te olvides de visitar en particular la casita número 22 en la que se dedicaba a crear el mundialmente conocido escritor praguense Franz Kafka.
El gótico, barroco, renacimiento…
Un paseo por el Castillo de Praga es como un repaso de los manuales de arquitectura. Durante unas horas puedes visitar la basílica románica de San Jorge con sus místicos interiores, el gótico Palacio Real, extensos patios barrocos, el palacete renacentista de la reina Anna y el supermoderno invernadero en los jardines reales. En fin, el Castillo de Praga guarda algo para cada persona. Simplemente entra y déjate llevar por la historia de uno de los monumentos más significativos de la República Checa.
Tiziano y Barbie bajo el mismo techo
Los auténticos tesoros los guarda el Castillo de Praga en su interior. Podrás elegir entre un sinfín de museos y exposiciones que se celebran aquí a lo largo de todo el año. ¿Quieres apreciar con tus propios ojos las obras de los grandes maestros como Tiziano o Rubens? Después, visita la Pinacoteca del Castillo de Praga. Si vas acompañado de tus pequeños, no te olvides de visitar el Museo del Juguete. La visita al Castillo de Praga la puedes culminar en alguno de sus preciosos jardines, atravesando el Foso de los Ciervos o dirigiéndote al barrio mágico Nový Svĕt, cerca de la Plaza del Loreto donde se encuentran situados en las coloridas casitas los estudios de los artistas praguenses más significativos.