Las rutas en coche en Chequia suelen partir de la capital, pero realmente podrían comenzar en cualquier lugar dentro del territorio. Si tomamos como referencia de llegada el aeropuerto de Praga, una opción es recorrer en primer lugar la ciudad y después alquilar un vehículo para adentrarse en las regiones elegidas. Este itinerario por Bohemia del Oeste y del Sur es idóneo para aquellos viajeros que no desean desplazamientos largos y buscan variedad de experiencias en cada parada. El recorrido total es de unos 780 kilómetros, una distancia asumible para un viaje de 7 u 8 días y que permite añadir alguna visita extra para prolongar la ruta hasta los 10 días. ¿Nos acompañáis a las regiones de Karlovy Vary, Pilsen y Bohemia del Sur?
Día 1. Praga - Karlovy Vary (140 km)
Si ya habéis paseado por Praga durante varios días, seguro que estaréis deseando alquilar un vehículo y poneros en marcha para disfrutar también del resto del territorio. El primer destino que os invitamos a descubrir es la ciudad de Karlovy Vary, que se encuentra a menos de dos horas de la capital. Recorrer esos 140 kilómetros que separan ambas urbes permiten que os vayáis familiarizando con los entornos más rurales, con una forma de vida diferente y una cadencia más pausada, algo que se agradece enormemente en vacaciones.
Karlovy Vary no sólo es la capital de la región sino una de las tres ciudades termales más importantes de Chequia. Bendecida con la presencia de manantiales de aguas medicinales, esta urbe creció a finales del siglo XIX y comienzos del XX de forma vertiginosa para acoger a la alta sociedad del momento, forma por nobles e intelectuales. En un paseo por su casco histórico se pueden apreciar preciosas construcciones que albergaban balnearios, hoteles, restaurantes, salas de baile y casinos. Todo ello sin olvidar las majestuosas columnatas que acogen las fuentes termales de donde brota el agua directamente desde los manantiales subterráneos. Comprad vuestra jarrita de cerámica y disponeos a beber de sus monumentales fuentes (aviso: es saludable pero el sabor no es agradable). Y si os gusta el cristal de Bohemia, no dejéis de realizar una visita a la fábrica Moser, famosa por sus delicadas piezas y su noble clientela. Se encuentra a las afueras de la ciudad y allí podréis observar de cerca cómo se elaboran, además de visitar su pequeño museo.

Día 2. Karlovy Vary - Loket - Bečov nad Teplou - Mariánské Lázně (53 km)
Las excursiones desde Karlovy Vary permiten conocer pueblos pintorescos del entorno y castillos con decenas de historias que contar. En pocos minutos en coche (12 kilómetros) se llega a Loket, uno de esos lugares que parece sacado de una postal, con sus casitas arracimadas en torno a una vieja fortaleza en la que Carlos IV pasaba los veranos y un sinuoso río enmarcando el conjunto. Recorred sus calles, disfrutad del ambiente y tomaos una rubia muy espumosa en la micro cervecería Florian.
A sólo 23 kilómetros de este pueblecito, camino de Mariánské Lázně, se puede hacer una parada en el palacio de Bečov nad Teplou. Este es uno de los lugares más curiosos de la región ya que alberga el relicario de Santo Mauro, un objeto casi tan valioso como las Joyas de la Corona. Tras permanecer oculto durante varias décadas fue hallado enterrado en el suelo de una capilla del palacio. La historia, donde intervienen compradores misteriosos y espías internacionales, os la contarán allí mismo...
Y ahora sí, ya llegamos a la segunda ciudad balnearia de esta región, Mariánské Lázně, a 25 kilómetros del palacio anterior. Este es otro de esos rincones que rezuma monumentalidad ya que también acogía, como Karlovy Vary, a una selecta clientela ávida de mejorar de sus dolencias y de entablar nuevas relaciones sociales. Las experiencias aquí pueden ser muy variadas, desde pasear por su inmenso parque, donde se halla una elegante Columnata, hasta escuchar las melodías que salen de la Fuente Cantante cada hora impar. Y para los más hedonistas, no puede faltar un tratamiento en la Cabina Real, en la Cabina Imperial o en el balneario romano del complejo Nové Lázně. Si viajáis con niños, seguro que disfrutarán más en el Parque Boheminium que exhibe reproducciones a pequeña escala de los monumentos más importantes de Chequia.

Día 3. Mariánské Lázně - Pilsen (76 km)
Dejamos atrás las aguas termales para descubrir los beneficios del oro líquido checo: la cerveza. El mejor lugar para hacerlo es Pilsen, una ciudad situada a 76 kilómetros de Mariánské Lázně. Necesitaréis al menos un día completo para conocer esta ciudad cuyo nombre ha servido para bautizar a las cervezas rubias tipo pilsner que se elaboran en todo el mundo. Entre las recomendaciones ineludibles están la fábrica de cerveza Pilsner Urquell, la visita a los interiores funcionalistas diseñados por Adolf Loos, el Museo de Marionetas y asistir a una representación de ballet o de ópera en el Teatro Tyl de Pilsen. Seguro que querréis quedaros en este lugar más tiempo pero, tras una noche reparadora en esta ciudad, hay que seguir camino.

Día 4. Pilsen - Hluboká nad Vltavou - České Budějovice (152 km)
Este cuarto día es conveniente madrugar porque la siguiente parada está a 140 kilómetros y el trayecto merece mucho la pena. Os sugerimos visitar el romántico castillo, estilo Windsor, de Hluboká nad Vltavou con sus bonitos interiores y su parque inglés. Además, podéis hacerlo con calma porque České Budějovice está a sólo catorce kilómetros, y allí podéis pasar la noche para conocer su animado ambiente vespertino.

Día 5. České Budějovice - Holašovice (20 km)
La capital de Bohemia del Sur, České Budějovice, puede servirte de base para descubrir toda la región. Aunque ha mantenido su carácter histórico, es una urbe moderna y con una amplia oferta para el viajero. Sus elegantes casas burguesas, situadas alrededor de una de las plazas más grandes del país, son el escenario perfecto para probar su famosa cerveza. Y si os animáis, incluso es posible hacer una visita a la fábrica de cerveza donde se elabora la famosa Budweiser Budvar.
A 20 kilómetros se sitúa Holašovice, una aldea inscrita en la Lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco por disponer de un conjunto de granjas del siglo XVIII, en estilo barroco rural y excepcionalmente conservadas. Sólo por admirarlas sería recomendable hacer la excursión. Después se puede continuar en coche hasta Český Krumlov o bien esperar al día siguiente, no hay prisa...

Día 6. České Budějovice - Český Krumlov (25 km)
A sólo 25 kilómetros encontraréis Český Krumlov, considerada la gran joya renacentista del país. Se conoce como la Puerta de Šumava, ya que en sus alrededores se encuentra el impresionante Parque Nacional de Šumava. El porte elegante de su castillo añade un toque romántico a su encantador casco medieval, enmarcado por el meandro más bonito del río Moldava. Es uno de esos lugares que enamoran desde el primer instante. En este enlace encontraréis información sobre las visitas más recomendables en esta preciosa ciudad.
Día 7. Excursiones desde Český Krumlov y vuelta a Praga
Desde Český Krumlov es muy recomendable realizar alguna excursión antes de regresar a Praga. Si os gusta la naturaleza, no dejéis de visitar el romántico Castillo gótico de Rožmberk (a 85 kilómetros) y el entorno del embalse de Lipno donde se sitúa el mirador del “Sendero por las copas de los árboles” que ofrece unas vistas impresionantes de los bosques de los alrededores.
Otra posibilidad, cuando vayáis de regreso a la capital es añadir dos paradas: Třeboň y Jindřichův Hradec. La población de Třeboň, a 50 kilómetros, se encuentra inmersa en un paraje formado por profundos bosques con estanques, ríos y canales del siglo XV. También destaca por su actividad de cría de carpas (podéis degustar este pescado en algún restaurante local).
Por su parte, Jindřichův Hradec (a 30 kilómetros de Třeboň) es una elegante ciudad con decenas de rincones románticos entre sus callejuelas y con las coloridas fachadas de las antiguas casas de los comerciantes. No olvidéis visitar su palacio renacentista, el tercer complejo de este tipo más grande del país. Desde ese punto hasta Praga sólo tendréis que conducir 140 kilómetros.
De este modo, de una forma pausada y visitando algunos de los hitos monumentales, naturales y turísticos de Bohemia, llegaría el viaje a su fin. Seguro que los paisajes, las ciudades y la gastronomía os dejarán con ganas de repetir.











