Subir al coche en Praga y sentir que la naturaleza se apodera del entorno tras pocos kilómetros recorridos es uno de los incentivos para realizar este itinerario por carretera en Chequia. Las propuestas en el país podrían ser infinitas, pero si buscáis una experiencia que combine la monumentalidad, los paseos y la diversión, esta “Ruta en coche por Moravia” es perfecta para vosotros.

Como cualquier ruta por carretera que se organice en la República Checa, el viaje puede comenzar alquilando un vehículo en el aeropuerto, pero también se puede valorar disfrutar previamente de la capital checa. De Praga ya os hemos hablado en muchas ocasiones, así que os proponemos consultar las visitas esenciales en este artículo. Y ahora sí, sacad el mapa para marcar el recorrido por las regiones (o bien hacedlo on line) y así definir el viaje a vuestro ritmo, durmiendo en aquellos lugares que más os apetezca conocer de noche. ¿Estáis preparados para conocer el histórico reino de Moravia?

Día 1. Praga - Olomouc (280 km) 

Olomouc es, probablemente, una de las ciudades más hermosas y desconocidas de Europa Central. Su casco antiguo está considerado el segundo más monumental de Chequia después de Praga y su principal elemento histórico, la Columna de la Santísima Trinidad, ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Aunque Olomouc sea vuestra primera parada y estéis deseando continuar circulando, es conveniente pernoctar aquí para pasar al menos un día y medio. Dar un paseo para conocer sus plazas, las fuentes y la Catedral de San Wenceslao, además de recorrer algunos de sus restaurantes y cafés más afamados, son un buen comienzo. Las experiencias continuarán el día siguiente, así que con calma.

Día 2. Olomouc y excursión a Bouzov (33 km) 

Amanecer en esta ciudad permite descubrirla desde primera hora, apenas sin turistas, y conocer sus hitos turísticos en la mayor intimidad. No dejéis de ver funcionar a las doce de la mañana su reloj astronómico, situado en el edificio del Ayuntamiento, ya que es diferente al de Praga. Las figuras, originalmente cristianas, se sustituyeron en época comunista por otras obreras que representan distintas profesiones. Si subís a la torre del Consistorio, las vistas os encantarán.

Los enamorados de la cultura disfrutarán igualmente visitando el Museo del Arte (que comprende el Museo Archidiocesano de Olomouc y el Museo de Arte Moderno) y el Palacio Arzobispal. Los melómanos, por su parte, no deben dejar pasar la ocasión de asistir a un concierto de órgano en la iglesia de Santo Mauro (con un poco de suerte coincidirá alguno). Si preferís los placeres de la buena mesa, también encontraréis restaurantes de calidad y, además, los quesitos curados de Olomouc, los Olomoucké tvarůžky, son toda una institución ¡y tienen su propia denominación de origen!

Una excursión interesante desde Olomouc es el castillo de Bouzov, cuyo interior alberga numerosas obras de arte y objetos curiosos. El antiguo hogar de los caballeros teutónicos fue confiscado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y formó parte de los castillos de la Orden Negra de la SS. Si la imagen exterior enamora cuando llegas desde la carretera, la visita tampoco se queda atrás.

Día 3. Olomouc - Kroměříž - Brno (117 km)

Tras las dos primeras jornadas en Olomouc, os recomendamos seguir camino hasta Brno, realizando una parada previa en Kroměříž, a unos 60 kilómetros. En esta bonita ciudad es esencial tomar una cerveza Černý orel en su plaza principal, probar el chocolate Yesterka y visitar el Palacio Arzobispal o, lo que es lo mismo, la residencia de verano de los arzobispos de Olomouc. Reservad al menos media jornada porque en este lugar ofrecen diversas experiencias interesantes.

Entre ellas, recorrer la impresionante pinacoteca del palacio con lienzos originales de los grandes maestros de la pintura, y las colecciones de partituras y numismática. Además de gozar de sus ostentosos interiores, la Sala del Trono y la del Consejo son impresionantes, es aconsejable pasear por los jardines que están inscritos en la exclusiva Lista de la Unesco. Y, por supuesto, realizar una cata de “vinos de misa” en las Bodegas Arzobispales. Estos vinos, naturales y bien valorados, cuentan con una tradición de más de 750 años.

Después de este bonito día, sólo hay que recorrer 60 kilómetros para llegar a Brno, la capital de Moravia del Sur, una ciudad perfecta para disfrutar de la noche morava.

Día 4. Brno

Brno, la segunda urbe más poblada de Chequia, es un lugar vibrante que sorprende no sólo por su historia y número de monumentos sino también por su animado ambiente, vida cultural y oferta de ocio. Esta ciudad es, sin duda, un campamento base idóneo para alojarse y organizar desde aquí varias excursiones cercanas. La primera jornada se puede dedicar a pasear por el centro histórico de Brno, adentrarse en la historia recorriendo las galerías subterráneas, curiosear en sus numerosas plazas y visitar la Catedral de San Pedro y Pablo para averiguar por qué las campanas de las doce suenan a las once. Otra visita que consideramos imprescindible en Brno es la famosa Villa Tugendhat, de estilo funcionalista y protegida por la Unesco.

Las visitas turísticas en la capital de Moravia del Sur es conveniente combinarlas con el placer que brinda la gastronomía y el ocio. No os conforméis con tomar algo de forma rápida y disfrutad de la cocina nacional e internacional que ofrecen sus restaurantes, bistrós o modernos cafés. Y, por supuesto, después de cenar hay que continuar con la diversión en bares, pubs y discotecas. Recordad que es una ciudad universitaria, no son pocos los estudiantes que cursan su Erasmus en la ciudad, y el ambiente es muy desenfadado.

Como últimas recomendaciones, mencionamos tres: subir a la colina de Špilberk para entrar en el castillo y admirar las vistas desde la cima; visitar el osario de Brno, ­el segundo más grande de Europa; y asistir a un espectáculo de ópera o ballet en el Teatro Nacional.

Día 5. Brno - Karst de Moravia - Brno (66 km) 

Una vez que hayáis tomado el pulso a Brno, llega el momento de conocer uno de los paisajes más sorprendente de Chequia: el Karst de Moravia, que se localiza a sólo 38 kilómetros. La experiencia de recorrer grutas, ríos subterráneos, desfiladeros o incluso sobrevolar la zona es inolvidable. No os perdáis las cuevas de Punkva, que cuentan con un itinerario mixto que transcurre a pie por el interior de la gruta y permite apreciar bellas formaciones kársticas, y una segunda parte navegando en barca por el río subterráneo. Quienes no padezcan de vértigo, también gozarán admirando las profundas simas del lugar desde el teleférico. 

Día 6. Brno - Lednice - Valtice (68 km)

Otra excursión perfecta en Moravia es al denominado Recinto Lednice - Valtice, protegido por la Unesco y que está a menos de una hora en coche desde Brno. Allí os esperan palacios, construcciones románticas, jardines y bucólicos rincones. Por su belleza, su riqueza monumental y seductor entorno natural se conoce como el Jardín Europeo. Además de visitar las salas más representativas del palacio de Lednice, es recomendable entrar en su invernadero que cuenta con estructura de hierro y cerramientos de cristal. En su interior se cultivan plantas tropicales y subtropicales en un ambiente que te traslada a la selva amazónica.

Si viajas en familia, otra actividad muy entretenida es navegar por el ramal del río Dyje hasta el Minarete, una torre a la que se puede subir para observar las vistas a 60 metros de altura. La vuelta se puede hacer caminando o en carruaje para interactuar con este bello paisaje en el que no faltan un estanque cubierto de nenúfares, bosques con gigantescos árboles y praderas en las que apetece tumbarse para mirar el cielo. 

No es necesario conducir mucho más, sólo unos ocho kilómetros, para llegar a Valtice. Simplemente observando antes de llegar los viñedos que la rodean y conociendo su elevada producción vinícola local, se entiende perfectamente que sea considerada la capital del vino. Si os interesa el enoturismo, las bodegas centenarias del palacio barroco de Valtice son de visita obligada. Además, alberga cada año el Salón Nacional del Vino, el mejor lugar para catar y obtener una buena panorámica de los afamados vinos moravos.

Día 7. Brno - Mikulov - Praga (262 km)

Para el último día de ruta hemos reservado la visita a la localidad de Mikulov, incluso se podría programar para el día anterior porque se encuentra a sólo 14 kilómetros de Valtice. Esta histórica población, que se halla inmersa en un precioso paisaje de viñedos y peñas de color blanquecino, parece salida de una romántica postal. A pesar de su recoleto tamaño, guarda secretos que merece la pena descubrir como la majestuosa Tumba de los señores de Ditrichštejn, cuya capilla alberga una imagen de una virgen negra. Desde la terraza de la tumba, además, se puede admirar una magnífica panorámica. Y si os gustan las vistas, continuad el paseo hasta la Colina Santa, uno de los lugares de peregrinación más antiguos del país y desde donde también se obtienen bonitas vistas de Mikulov.

Como recordar el pasado judío de este enclave forma parte igualmente de las experiencias culturales, es aconsejable visitar la sinagoga, el cementerio judío e, incluso, degustar platos de influencia judía en el restaurante Tanzberg. Si queréis conocer la cocina checa tradicional, en las bodegas no faltan contundentes menús y espectáculos musicales en vivo.

Tras esta visita, el viaje llega a su fin. Si el vuelo de regreso es desde Praga tendréis 262 kilómetros por delante y si es desde Viena, unos 88 kilómetros. Sea cual sea el aeropuerto de partida, os marcharéis con la retina impregnada de belleza.